domingo, 18 de enero de 2009

“Mayor Gasto, Mayor Bienestar”

Desde la mitad del siglo XX hasta fines del 1970 se predijo que el modelo del Estado de Bienestar tendría grandes crisis que terminarían por hacer fallecer un sistema en donde el rol del Estado juega un papel preponderante en la economía. Lo relevante, es que no sólo se equivocaron con predecir su muerte, sino además no observaron que las tasas de crecimiento podrían, en un principio, igualar a los estados de visión más liberales para luego lograr superar los estándares de vida de éstos.

Finlandia, por ejemplo, al año 1970 era una nación que vivía del sector agrícola, pero que con el tiempo fue desarrollando una industria pesada que precisamente acompañada de una alto gasto de gobierno , fue creciendo a pasos agigantados, al punto que hoy en día tiene un Ingreso por habitante similar al de Reino Unido , nación líder de la revolución industrial y hegemónica durante varios siglos.

El caso de Finlandia no se presenta como aislado ciertamente, pues este modelo de Estado de Bienestar dentro del contexto de una Economía Mixta se dio, y se da, en toda escandinavia, con países con alto gasto público, enormes colchones de protección social y crecimiento sostenido a lo largo del tiempo, tanto en Noruega, Dinamarca y Suecia.

No está demás señalar que los estados escandinavos no son los únicos que han utilizado el modelo del bienestar, pues también de manera más, o menos liberal, algunos países han elevado en una curva ascendente sus gastos públicos, tanto en EE.UU., Japón o Australia se han ocupado de mantener un gasto constante del orden del 35% siguiendo la tendencia mundial. Es más, los mismos países latinoamericanos también han debido elevar sus gastos públicos, pues la visión neoliberal establecida un poco antes de la mitad del siglo XX por Washington no pudo solucionar la pobreza tan arraigada en esta tierra; países como Uruguay y en menor medida Brasil y Chile, se acercan a cifras de gasto de países industrializados como Corea del Sur, lo que sin duda marca una pauta a seguir para los demás países de la región.

Es cierto que el Gasto de Gobierno se eleva en el contexto de las Guerras, es el caso de Alemania en el 1937, donde el nacionalsocialismo de Hitler es acompañado por un 42,4% de Gasto Público, por lo que se extrae que el gasto militar es parte fundamental de la subida de esas cifras. El mismo Japón en esos años casi dobla su gasto de un 15% a un 25%, por las necesidades de la guerra, como también podríamos deducir que en el 2005 EE.UU., luego de bajar el gasto público en la década anterior, nuevamente tiene la necesidad de gastar más, llegando casi al 37%, considerando como un ítem relevante la “democratización” de Irak y su guerra contra el terrorismo.

A pesar de aquello, debo señalar que la mejor focalización del gasto público no se da específicamente en el contexto de las guerras, sino que se ha dado en los países que tienen una mejor distribución del ingreso relativamente, lo que acompañado de una gran carga tributaria a sus ciudadanos y empresas, ha permitido hacer crecer constantemente a esos países. La particularidad de estas naciones es que al igual que las democracias liberales son bastante industrializadas, inclusive con gigantes compañías a nivel mundial como Nokia(Finlandia) y Ericsson(Suecia), inclusive teniendo tasas de desempleo parecidas a EE.UU. o Australia, pero que sin embrago, han creado redes de protección social tan sólidas que permiten seguir manteniendo una educación y salud de calidad, lo que eleva la calidad de vida de sus ciudadanos y necesita de una gran gestión de parte del sector público.

De acuerdo a Esping-Andersen la OCDE ha consagrado tres asuntos de discusión para los Estados de Bienestar de hoy en día: “las consecuencias laborales del proceso de globalización, el envejecimiento poblacional y los cambios en la estructura familiar” . Los países nórdicos tienen la ventaja de tener gran parte del camino avanzado con respecto a la precariedad laboral, puesto que no sólo protegen a sus ciudadanos, sino que ellos además tienen la educación necesaria para no quedarse atrás en el proceso de globalización, que es el gran desafío para las naciones en vías de desarrollo.

Todo este proceso va acompañado de la apertura económica que podríamos deducir es una “nueva” crisis del Estado de Bienestar, lo que en cambio, se está asociando cada vez más a la necesidad de subir aún más el Gasto Público, ya que estos intercambios entre países traen consigo gran vulnerabilidad económica que se debe contrarrestar con un importante papel del Estado en pro de mitigar el riesgo y dar protección al ciudadano, de manera que este pueda superar los vaivenes de la economía, pero que de él requiere un gran esfuerzo por adaptarse al proceso de globalización, mejorando día a día con un Estado que lo acompañe en su esfuerzo, lo que sin duda deberá realizarse con un desembolso alto de recursos estatales .

En consecuencia, diremos que un Estado Protector como el de Bienestar, no implica un menor crecimiento económico de los países, sino más bien asegura las condiciones mínimas para que cada ciudadano pueda desarrollar sus capacidades con mayor igualdad y libertad que es a lo que esencia aspira el Estado, al bien de la sociedad en su conjunto.


Bibliografía

Enciclopedia Británica, Tercera Edición, 1994-1995
Factbook 2007, OECD
VitoTanzi y Ludger Schuknecht, “Reconsidering the fiscal role of government: the international perspective”, American Economic Review, 87, 2, 1997
Gosta Esping-Andersen, “¿Burócratas o arquitectos? La reestructuración del Estado benefactor en Europa”, en Presente y futuro del Estado de Bienestar, Miño y Dávila Editores, 2001.
Dany Rodrik, “Why do more open economies have bigger governments?”, Journal of Political Economy, , 1998.

1 comentario:

  1. Igual hay que tener cuidado con eso de "mayor gasto, mayor bienestar". La prociclicidad del gasto de varios países latinoamericanos ha tenido un impacto bastante negativo sobre su economía (reduciendo su crecimiento), y más importante, sobre las personas de más bajos recursos. Afortunadamente, el gasto fiscal en Chile es más bien contracíclico y gracias a la regla de superavit estructural parece ser que estamos relativamente bien parados para enfrentar esta crisis.

    Un buen paper sobre gasto fiscal en latinoamérica: Guillermo Perry, "Can Fiscal Rules Help Reduce Macroeconomic Volatility In The Latin American And The Caribbean Region?", IMF/World Bank Conference on Fiscal Rules and Institutions, Febrero 2002.

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