martes, 16 de agosto de 2011

El otro lado de la intransigencia en el conflicto estudiantil

Mientras en la ciudadanía comienza a palparse una las demandas más sentidas que tenemos los estudiantes, que apunta al alto endeudamiento de las familias chilenas en la educación superior, el Gobierno está preparando el envío de dos proyectos de ley que tienen que ver precisamente con todo lo contrario: Ley de Reprogramación del Fondo Solidario y la Rebaja de la Tasa de Interés del Crédito con Aval del Estado.

Por estos días, parlamentarios, ministros y alcaldes del oficialismo reiteran la “intransigencia” en las dirigencias estudiantiles, se realizan marchas y caminatas para promover el diálogo, La Tercera festina con las divisiones de la Confech y El Mercurio rescata que el impuesto que más aportó al fisco en el año 2010 ha sido el impuesto a la renta y no el IVA. Mientras, los estudiantes seguimos esperando una respuesta que nos permita generar las confianzas necesarias para poder comenzar la discusión de una reforma educacional, tan profunda que incluya transformaciones en el sistema político y económico del país.

Ya no se trata, entonces, de si el Gobierno de Piñera logró “lo que la Concertación no pudo hacer en 20 años”. Nadie está preocupado de la pelea entre Alianza y Concertación, simplemente porque la demanda estudiantil superó todas las expectativas previas, instalándose transversalmente y se posicionó como tema prioritario en la agenda pública, por sobre temas como la salud, vivienda o empleo.

En ese marco, absurdo es pedirle a los estudiantes que podamos “generar confianzas” con la clase política, si las primeras señales del Ejecutivo apuntan a perfeccionar un modelo de financiamiento estudiantil que está colapsado, como el crédito con aval del Estado, que es caro para las personas (se estima en un 15% del sueldo vital futuro de un estudiante), el fisco (pérdidas de $2.091 millones hasta ahora) y rentable para la banca ($550 millones de ganancia), por lo que su cambio estructural se ha transformado en la principal bandera de lucha gremial.

Del lado del Gobierno aún persiste la intransigencia de mantener un modelo educativo que parece vale más que Lavín, Bulnes o un próximo mandato.

Con un 81% de rechazo ciudadano al lucro en la educación, existe aún la persistencia del Gobierno de Sebastián Piñera en corregir las condiciones de mercado del CAE, introduciendo nuevos actores como las cajas de previsión y compañías de seguros, para mejorar la competencia del mismo. A su manera, lo que busca es “reducir” el endeudamiento de los estudiantes en el largo plazo, de forma gradual, sin primero hacer modificaciones a los aranceles de referencia, calidad de las instituciones, financiamiento de la oferta pública y lo señalado en un inicio acerca del lucro.

Así entonces, vemos en el envío de estos proyectos una potencial derrota para este movimiento, lo que nuevamente traslada el balón a la cancha de ellos, pues del lado del Gobierno aún persiste la intransigencia de mantener un modelo educativo que parece vale más que Lavín, Bulnes o un próximo mandato.

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